miércoles, 13 de abril de 2011

Paris

 
París, una de las ciudades más bellas del mundo, la más visitada, y probablemente la más romántica de las que pueblan el planeta, hace honor a su fama y no defrauda a nadie que acude a visitarla, sin que más bien, a la hora de partir el viajero siente tener que partir, y lamente no disponer de más tiempo (o dinero) para volver en seguida o quedarse más tiempo en una ciudad mágica, con un encanto especial que se percibe en cada esquina, cada plaza, o simplemente en cada uno de sus cafés.
A diferencia de otras grandes ciudades europeas, París no tiene un "centro" definido alrededor del cual se expande la ciudad, más bien todo París es "centro", y esto es debido a que París no ha ido absorbiendo las pequeñas ciudades que se encontraban a sus afueras, sino que estas han mantenido su independencia administrativa pese a que el límite entre una de estas pequeñas ciudades y la gran ciudad de París es tan solo un paso de peatones. Este hecho de permanecer "encerrada" desde hace tiempo hace que todo París tenga un aspecto antíguo y clásico, y que un paseo por París sea un paseo por un lugar donde el tiempo no parece existir, donde pese al bullicio y al movimiento propio de una de las ciudades más importantes del mundo el visitante tendrá la sensación de encontrarse en un lugar que no ha cambiado durante décadas o incluso siglos. 

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